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Beige Clay Ground PBR Texture Posiblemente, para no inducir a un error a los jugadores y ayudarlos a comprender la lógica de funcionamiento pretendida al nivel de las acciones de pressing. Y, como tal, el desgaste en términos emocionales tiende a ser nulo también, al contrario de las situaciones complejas donde se les exige a los jugadores requisitos técnicos, tácticos, psicológicos y de pensar las situaciones, eso es lo que representa la complejidad del ejercicio y lo que conduce a una concentración mayor”. Frade (2002) añade que “cuando la zona pressing está bien hecha, sólo existe una forma de superarla: ¡jugando para atrás!”. Estas palabras nos llevan a la «zona», forma de organización defensiva con la que procuramos, coherentemente, plantear colectivamente el espacio y el tiempo en el campo, con una visión colectiva. Por ejemplo, parece existir la idea común de que el pressing avanzado implica un gran desgaste «físico», requiriendo una gran capacidad física.

brown wooden side by side door Barend y Van Dorp, 1999) “Cuando se juega bien al fútbol la furia recupera el lugar secundario que le corresponde.” (Valdano, 2001) En el punto 2.2.3. se expuso la idea de que la «defensa en zona» es más económica en términos energéticos que la «defensa hombre a hombre», en la medida en que, al existir una repartición del espacio en función de una idea colectiva para la organización defensiva, hay también una repartición del esfuerzo. Seguramente, no causamos sorpresa al afirmar que la fatiga no se manifiesta sólo «físicamente», pues con toda certeza todos ya hemos tenido, por ejemplo, un terrible dolor de cabeza al leer algo sobre un asunto complejo, que nos exigía una total concentración. Hay una mezcla de «marcajes hombre a hombre» con «marcajes individuales». Carvalhal, por su parte, responde que “la defensa hombre a hombre da más seguridad a los entrenadores. Y esto es bien visible en la propia ocupación de los espacios se ve si un equipo defiende o no en zona: un equipo que defiende hombre a hombre está siempre emparejada, está por pares con el adversario; un equipo que juegue en zona no, existe un patrón colectivo de posicionamiento, en función del cierre del lado interior y de la basculación para el lado del balón”.

Hablamos fundamentalmente de la idea de que la «defensa en zona» se trata de una forma de defender pasiva, en la que el equipo retrocede deliberadamente para su medio campo defensivo y en la cual los jugadores adoptan frecuentemente una actitud de espera. Los otros corren, no corren sólo por correr, están a la espera de un pase que les llegue. Se ordena un posicionamiento defensivo colectivo que permita un paso al ataque rápido, seguro y coherente con los propósitos ofensivos. Es precisamente en este contexto que Rui Quinta realza la importancia de que se ataque contemplando la posible pérdida del balón, situación que “tiene que ver con que el equipo esté atacando, pero al mismo tiempo, que esté organizada, equilibrada, para, si pierde la pelota, rápidamente la recupere. La mayoría son sistemas que exigen mucho trabajo físico, en los cuales hay mucho desgaste, y cuando se consigue tener la pelota ya no es lo mismo, falta la fuerza, diminuye la visión de la jugada. Es de notar que Mourinho, al referirse al momento de la transición defensiva ni siquiera habla de los adversarios, habla, eso sí, de reducir el espacio en función de la posición de la pelota y, si es posible, presionar sobre la pelota.

Simão llegó al Barcelona, y estamos hablando de un jugador que ha costado al Barcelona dos millones y pico de escudos y es un jugador que no sabe presionar, sabe cero acerca de los principios inherentes al pressing. Consciente de que es difícil aguantar físicamente el pressing total, hay que conseguir que los jugadores descansen en el campo”. Todavía, cualquier adversario que salga de mi zona y cree peligro a través de movimientos en ruptura, tengo que acompañarlo”. “Cuando se quiere decir que un equipo está defendiendo mal o que permite que el adversario haga todo lo que quiere con la pelota, se dice que el equipo defiende en zona. Destacamos que también aquí, es la ocupación cuidada e inteligente de los espacios la que posibilita, por arrastramiento, «controlar» a los adversarios sin balón y que cualquier «marcaje próxima» a un adversario sin balón es siempre circunstancial y consecuencia de esa ocupación espacial racional. En el fondo, tal como indica Frade (2004), “se hace presión para que el equipo adversario pierda líneas de pase.