Y muchas veces no tiene sentido que un jugador se aproxime a su adversario directo porque, con eso, puede estar abriendo un espacio en una zona crucial del terreno y/o comprometiendo la cobertura a un compañero (¡¡que cuenta con ella!!). Igualmente, Guilherme Oliveira indica que es “necesario percibir que un jugador tiene responsabilidades en un determinado espacio porque la pelota está en una determinada posición, porque, si la pelota fuese para otra posición, el jugador va a tener que salir de ese espacio pues pasa a ser responsable otro compañero. «jugar en anticipación»! Esto da una confianza tremenda al equipo y al jugador. «Jugar en acción» es, muchas veces, ¡ Con la defensa en zona pasa igual: es preciso percibirla, es preciso experimentarla y es preciso errar muchas veces, porque para conseguir determinadas cosas, es preciso errar mucho, experimentar cosas, errar, volver a experimentar y volver a errar. Cuestionado sobre las razones de tal hecho, Mourinho nos transporta a la problemática del «entrenar»: “Cuesta trabajar la defensa en zona. Aquí, es igualmente evidente que, con el entrenamiento, las exigencias de concentración implícitas en una «zona presionante» son menores. Son estas referencias defensivas que, cuando están correctamente articuladas, nos permitem obtener superioridad posicional, temporal y numérica en defensa.
Para nosotros, la superioridad posicional y temporal y la atención sobre el juego que esta forma de organización defensiva presupone, nos permiten «jugar» de forma más eficiente con la anticipación. Nosotros señalamos que la basculación es una necesidad porque, como vimos, es uno de los recursos para hacer el «campo pequeño» y, así, conseguir superioridad numérica cerca del balón. Siendo así, Garganta aclara que, cuando hablamos de «zona», no nos referimos “al medio campo defensivo, sino a la zona en la que se encuentra el balón”. También se investigará todo lo relacionado al nuevo campo que se iba a construir, y que actualmente se encuentra parado, en la Av. Y esto pasa fundamentalmente por la comunicación en la acción entre los elementos del equipo, porque cada jugador, cuando tiene que asumir responsabilidades defensivas en otra zona por la alteración de la posición del balón, sabe que la estructura del equipo se adaptará y que otro colega será responsable de la zona dejada libre y de algún adversario que esté o que entre en ella”. Miguel Leal nos dice que “es el equipo, aunque pueda existir un jugador u otro que se destaque más en la coordinación del bloque.
Para mí, si un jugador adversario entra en mi zona es un error que yo vaya a marcarlo. Por lo tanto, para mí, la noción de marcaje tiene que ver fundamentalmente con el condicionamiento, no sólo del individuo, sino también del espacio, del tiempo y de la tarea, como factores del juego y de la jugada”. Después, en función de eso, puedo oponerme al adversario que entró en mi espacio, puedo anticiparme”. Oporto de Mourinho, tal vez sea preferible bajar primero un poco el bloque y después, ahí sí, presionar como equipo, situación que no significa dejar de presionar en el mediocampo adversario. Aún en relación con decir que, cuando se «defiende en zona», el jugador, dentro de su zona, «marca» al hombre, Rui Quinta considera que esa situación lleva a que los jugadores dejen de asumir el juego de coberturas del equipo, porque si el adversario coloca en cada zona un jugador, nuestro equipo pasa a hacer diez partidos de uno contra uno. O sea, suponiendo que un equipo, mismo defendiendo «hombre a hombre» o «individualmente», consiga asegurar algún equilibrio defensivo en ataque, consideramos que, cuando pierde la pelota, puede desequilibrarse posicionalmente por el simple hecho de que los jugadores, pasen a preocuparse de sus adversarios directos.
Sólo al plantear «zonalmente» el «momento defensivo» se nos garantiza que el equilibrio defensivo en ataque subsiste durante los momentos de transición ataque-defensa. Coincidimos enteramente con la idea de que defender «zonalmente» es saber gestionar los espacios y el tiempo, o mejor dicho, se trata de gestionar colectivamente el espacio y el tiempo, mas esta gestión no pasa por (intentar) ocupar todos los espacios como dice Lobo. “Cada jugador en su zona tiene que vigilar al hombre y marcarlo. 4.2.3 cada jugador siempre la misma zona? No existe posibilidad de que una zona funcione sin coberturas permanentes”. Si un entrenador quiere defender en bloque, nunca puede pedir a los jugadores que acompañen a los adversarios, pues de esa forma el bloque no va a funcionar”. Es la existencia y la permanencia de este «juego de coberturas» en el seno del equipo la que convierte al bloque defensivo en verdaderamente solidario. Son por eso los que viabilizan la cobertura gradual de los espacios y del «juego de coberturas». Para nosotros, ese «patrón» es una realidad y consta de una mezcla de «marcajes hombre a hombre» con «marcajes individuales», un «juego de pares» donde los equipos procuran «encajar» en el adversario.
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