En la previa del partido, los aficionados rojiblancos cargaron contra la placa del belga en el Paseo de las Leyendas llenándola de latas de cerveza y ratones de peluche. Dentro del estadio, los cánticos despectivos hacia el futbolista se sucedieron y hasta le lanzaron las mismas ratas de peluche durante el encuentro. Finalmente, la selección ecuatoriana quedó en duodécima posición, siendo una de las revelaciones del torneo. En los Juegos Bolivarianos de 1938, la selección ecuatoriana se estrena internacionalmente con camisa de cuello, botones y mangas.