La «defensa individual» no es más que un exhacerbar la lógica subyacente a la «defensa hombre a hombre», siendo muchas veces la referencia adversario directo substituida por la referencia «adversario atribuido por el entrenador». Al ser, simultáneamente, la gran «referencia de posicionamiento» y la única «referencia-objetivo» del «marcaje», la referencia adversario directo es la que define a la «defensa hombre a hombre». También percibo que en muchos momentos eso es extremadamente difícil, sobretodo en una fase inicial de preparación del equipo, porque implica presionar, atacar, crear mucho espacio en las espaldas de nuestro equipo y también, muchas veces, tener cincuenta metros que el rival puede aprovechar. Ese «flujo continuo» no por fases, requiere una organización del juego global/unitaria, contemplando la «lógica de sentido» que debe orientar la calidad en la manifestación regular de los cuatro momentos del «jugar», es decir, una organización de juego que consiga reflejar y responder eficazmente a la «entereza inquebrantable del juego».
Concebir (y entrenar) de forma articulada los principios relativos a cada uno de los cuatro momentos del juego es lo que nos va a permitir llegar a la idea de juego coherente, llevando al equipo a responder con espontaneidad a esa alternancia permanente entre el «tener la pelota» y el «no tenerla» que es el «jugar». Pues pasó a formar parte de la cultura comportamental (de la cultura táctica) del equipo y de cada uno de los jugadores en el equipo. La «zona» no exige cultura táctica. Es una cultura comportamental, luego, es una cultura táctica. Y tal vez por saber que cualquier intención táctica no se torna cultura comportamental en una semana de entrenamiento y, mucho menos, en una breve explicación en el vestuario o en el banco de suplentes antes de una sustitución, Camacho se muestra sorprendido al constatar que, en Portugal, los entrenadores, por jugar contra su equipo, alteran su forma habitual de jugar. Si esta reflexión existiese, tal vez los entrenadores se verían tentados a arriesgar. Para nosotros, sólo el no tener conciencia de cuanto cuesta llevar a un individuo a adquirir/alterar comportamientos relativos a la esfera cognitiva-emocional, es lo que puede llevar a los entrenadores a actuar de esta forma.
Por eso,entiendo que la zona nos trae esa gran ventaja, al mantenernos siempre «impermeables» ante las embestidas del adversario, por lo menos a través del nosotros, a través de nuestras líneas. Eso sólo se consigue ver a través del entrenamiento y del juego”. Entonces, es igualmente necesario concebir el equilibrio del equipo. 🏆 El segundo equipo en conseguir la Copa de Europa en propiedad tras tres títulos consecutivos, tras el Real Madrid. El equipo sabe gestionar las zonas de presión”, dice. La intención que subyace a esta idea, es conseguir permanente superioridad numérica en las zonas próximas al balón, limitando al rival espacio-temporalmente. Los principios que le subyacen nos alejan claramente de la intención de «jugar como equipo». Si se defiende mal es porque no se conciben principios que estructuren de forma sólida y coherente el funcionamiento defensivo colectivo. Serán estas «propiedades», emergentes de la coordinación colectiva, las que dan verdadera cohesión defensiva al equipo. Guilherme Oliveira coincide: “Claro que considero que un equipo grande tiene que defender en zona. Si el medio va para el lado izquierdo, él va, no se preocupa mucho por el espacio que deja para que el otra equipo juegue”.
Es posible encontrar mil y una referencias bibliográficas donde se explica el concepto de juego en zona y donde se encuentran ejemplos de lo que es jugar zonalmente bien, ahora, la operatividad en el entrenamiento no se encuentra. ”. “El Oporto, que defiende y juega muy bien, defiende en zona. ”. “La zona es el concepto de base, aunque su configuración obedezca a diferentes matices. Hay siempre cuatro o cinco jogadores que marcan individualmente a quien entra en su medio campo y si los adversarios se desplazan hacia el ala, van detrás y descuidan la zona central del terreno. Para mí, la zona es indiscutiblemente un arma, un arma fantástica de los más débiles. De acuerdo al comunicado oficial, aquellas “son sinónimo de movimiento y forman un gráfico abstracto sobre el jersey”. Anoche, aparte de ser el rival del primer partido sin restricciones tras el coronavirus, participó activamente en otra efeméride: el encuentro número 300 que se jugaba en Son Moix sobre la primera planta del fútbol español.